El acercamiento de España a la mentalidad europea es cada vez más una realidad. Barcelona, Sevilla y San Sebastián son ciudades con un plan de urbanismo muy próximo al del centro de Europa, en donde entre asfalto y acera conviven desde hace muchos años peatones, vehículos motorizados y bicicletas.
Y abrir espacio a este tercer elemento, la bici, es el objetivo de Madrid y el de su renovado consistorio para hacer de su entorno uno más cosmopolita y encantador a ojos de sus ciudadanos y de sus visitantes, para que tengan una visión lo más alejada del tráfico, los atascos y la contaminación posible. Así será más factible que el viajero se acuerde antes de sus encantos y ronde en su cabeza la idea de repetir experiencia, en caso de que en la primera de sus agendas no hubiera hueco para pasearse por la Plaza Mayor, el barrio de La Latina o el Rastro en una plácida mañana de domingo.
Aunque parezca mentira, este es un país amante de la bici y que ha dado a lo largo de la historia muchos deportistas ilustres al ciclismo, como para que entre las apuestas a la victoria final en las mejores carreras siempre haya un ciclista nacional. Es el caso de Alberto Contador o el de Alejandro Valverde, que son siempre corredores a tener en cuenta de cara al Tour de Francia y a la Vuelta a España.
36 kilómetros más de carril bici
Volviendo a Madrid, la actual red de carril bici aumentará en 36 kilómetros antes de finales de 2016, uniendo el centro con las zonas de la periferia que lindan más allá de la M-30. Diez serán los distritos que ganarán en conexión con las calles principales. De esos 36 kilómetros, 13,5 serán de uso exclusivo para la bicicleta.
De esta manera, a partir de 2017 será más sencillo visitar la capital de España sin contaminar y sobre todo con mayor seguridad que a día de hoy, al haber más espacio que nunca delimitado para las dos ruedas. El Palacio Real, el Círculo de Bellas Artes, el Museo del Prado y otros tantos lugares emblemáticos estarán más que nunca accesibles a golpe de pedal. Paralelamente, la ampliación del carril bici permitirá potenciar el BiciMAD, el servicio público de bicis de la ciudad. De hecho, con el cambio de año se ampliará el número de bicicletas eléctricas para que las temibles cuestas madrileñas sean más llevaderas. Poco a poco, Madrid quiere que la estampa de sus calles sea una más atractiva desde el punto de vista turístico y sea la bicicleta la que predomine sobre otros medios de transporte, como ya ocurre por ejemplo San Sebastián y en donde el ciclista urbano está mucho mejor valorado.
Lo que está claro es que los amantes de la bici dejarán de estar recluidos en enclaves concretos y de interés público como la Casa de Campo, el Retiro o Madrid Río, en donde cualquiera puede encontrar un momento relax único ya sea a pie o encima de la bici. Tanto tirón tienen que de cuando en cuando es posible explorar su fauna con visitas guiadas para conocer por ejemplo las especies de aves que habitan por estas zonas.