Enclavada en el centro de los Pirineos, Roncesvalles ha sido puente natural entre España y Francia desde tiempos inmemorables. Por esta región atravesaron los celtas, los godos, los romanos, los bárbaros y hasta el desafortunado Carlomagno, cuya intención de someter Zaragoza concluyó en la célebre Batalla de Roncesvalles, y donde la muerte de su incondicional sobrino Roldán inspiraría más tarde la Chanson de Ronald, tan popularmente conocida.
A 47 kilómetros de Pamplona, este municipio español navarro, con poco más de treinta habitantes, se ha convertido en lugar de reposo para peregrinos y turistas de paso, quienes además podrán embeber de un ambiente medieval sin par a través de sus múltiples monumentos históricos, y la ciudad a su vez, podrá impregnarse del carácter multicultural de sus visitantes. Ejemplo de ello, constituye la llegada cada año de cientos de peregrinos, que inician su travesía por el Camino de Santiago.
Como buen huésped, Roncesvalles no solo dispone de un hotel y varios hostales, oficinas de turismo y casas de renta, sino que además, propone al viajero una cita con el pasado esplendoroso de la ciudad, a través de la Capilla de Santiago, construcción gótica del siglo XIII, o tal vez mediante la Colegiata de Roncesvalles, donde descansan los restos de Sancho el Fuerte y la esposa del monarca, rodeados además de pasajes importantes sobre la batalla de Las Navas de Tolosa.
De igual manera nos espera la capilla de Sancti Spiritus, conocida por ser la edificación más antigua de Roncesvalles, ordenada por Carlomagno como recuerdo a la muerte de Roldán y que posteriormente sirvió para acoger a los peregrinos fallecidos. A su vez, resultan igual de importantes la Iglesia de Santiago de los Peregrinos, cuya campana guía a los peregrinos durante su recorrido, la Iglesia de la Real Colegiata de Santa María, hermosa por su mezcla barroca y gótica, y finalmente la Capilla de San Agustín, conocida además como Capilla Real o Torre de San Agustín.