Aunque hay muchísimas razones para subirte a un crucero este verano (u otoño, o invierno, o primaver: cualquier época es buena), pero nosotros vamos a darte nueva.
Vacaciones para no pensar
La primera es que es sumamente sencillo de elegir y organizar, con un paquete que a menudo lo incluye todo o es a menos pensión completa, con lo que nos olvidaremos de cocinar, mirar restaurantes y otras incomodidades. Estos buques incluyen todo tipo de exquisiteces gastronómicas, bebidas riquísimas, bufés y platos a la carta. La agencia de viajes realizará por ti todos los trámites, para que solo te preocupes por disfrutar.
La experiencia es muy distinta de un descanso tradicional: es una aventura. A buen seguro tendrás luego momentos grandes que rememorar y será algo que contarás orgulloso, pues no se parece a nada que hayas vivido antes, ya desde los preparativos.
Excelente relación calidad/precio
Independientemente del tipo de crucero que elijas, unas vacaciones en un crucero guardan una estupenda relación entre calidad y precio respecto a la mayoría de paquetes de ocio. Aparte de la ventaja de la pensión completa o el todo incluido, que nos dan variedad, buena comida y disponibilidad continua, por las promociones, descuentos y excursiones organizadas, que acaban saliendo bastante más baratas que un hotel. En resumen, viajas más y pagas menos.
Además es una opción por la que apuestan muchas operadoras, por eso es muy sencillo encontrar cruceros baratos por un precio reducidísimo. Éste es un buen ejemplo de las ofertas y cruceros de última hora que se pueden contratar. Como verás es posible reservar cruceros por el Mediterráneo, por el Caribe o por el norte de Europa por precios muy baratos.
Variedad de destinos a conocer
Tendrás la oportunidad de visitar multitud de ciudades o incluso países de una sola tacada y sin tener que hacer y deshacer las maletas en cada ocasión. En algunas modalidades más lujosas de camarote incluso el personal se encargará de colocar la ropa que traigas. Es fascinante, por ejemplo, recorrer en una semana las distintas metrópolis del Mediterráneo y juntar en una sola travesía culturas, idiomas y países diversos.
Otra opción, menos conocida pero también muy interesante, son los cruceros fluviales, que nos permiten ver las ciudades desde una perspectiva diferente a la acostumbrada. Llegan hasta el mismo centro de las localidades, permitiendo contemplar los monumentos sin colas ni agobios, aprovechando a tope cada parada y ofreciéndonos una travesía privada y muy sensual. Muchos, además, atracan por la noche en las urbes, permitiéndonos explorarlas por neustra cuenta.
Cruceros para todos los gustos
Hay un tipo de crucero para cada individuo. Existe todo un catálogo de variedades de actividades, buques, temas, rutas… que harán de la vida a abordo una experiencia para toda clase de públicos, desde niños hasta parejas de solteros, recién casados, aventureros… Entre tantas opciones, seguro que encuentra algo ideal para usted.
Los barcos, en los que pasará varios días con completos desconocidos, de su país y de otros, compartiendo experiencias, son un excelente lugar para entablar nuevas amistades. Disfrutará de encuentros internacionales muy enriquecedores para su horizonte cultural, aprenderá mucho de la convivencia cotidiana y a buen seguro encontrará otras personas con las que conectar a través de aficiones e intereses comunes, con los que podrá descansar, relajarse y pasar un buen rato.
Relax en cuerpo, mente y espíritú
Hacer un crucero desintoxica la mente, el cuerpo y el espíritu. Otorgan una auténtica sensación de desconexión y alejamiento de las preocupaciones diarias al no tener que ocuparse de nada, con lo que volveremos felices, renovados, bronceados y hasta más sanos. Además, la mayoría de embarcaciones viene equivada con instalaciones de gimnasio y balneario, masajistas, comida sana, deportes y tratamientos de belleza personalizados.
Es una travesía que podemos disfrutar tanto con la familia como con los amigos, pues hay alternativas de ocio para pequeños y mauores. El viaje deja de ser algo aburrido y de trámite para convertirse en un aliciente más: es un momento para jugar en la ludoteca o el casino, perderse en Internet, tomar un helado, ir de compras, pasar por el balneario, practicar demorte, leer, ver un espectáculo, bailar en la discoteca o simplemente descansar en una hamaca al sol o tirarse a la piscina.
Fuera monotonía
Por último, pero no por ello menos importante, váyase de crucero porque así romperá con la monotonía, se encontrará con usted mismo, descubrirá nuevas sensaciones vaya solo o acompañado y volverá con las pilas cargadas.
Fuentes: EuroResidentes – Revista Gran Hotel