
Los faros son una de las principales atracciones turísticas para muchos, y la geografía del norte de la península española, en concreto toda la zona de Asturias, es una de las de mayor tradición costera y, por ello, de las que cuenta con mayores cabos y faros por metro cuadrado.
Aunque los faros se construyeron antaño como un elemento clave de la navegación para orientar a los marineros en el regreso a tierra, hoy en día hemos evolucionado la gran mayoría de ellos han quedado deshabitados por completo y han terminado siendo automatizados.
Sin embargo, no todos son construcciones vacías y es posible visitar la mayoría de ellos y encontrarnos con sorpresas. Y es que, aunque muchos de estos faros se entienden como atracciones turísticas para conocer la historia de un territorio, otros albergan museos o fareros dentro que pueden narrarnos al detalle estas historias.
Si eres una de estas personas que disfruta adentrándose en algunas de las construcciones más estrechamente relacionadas con la naturaleza, los acantilados del mar Cantábrico guardan algunos de los faros y cabos más bonitos de toda la península, así que te dejamos a continuación todas estas vistas y algunas de sus características principales para que puedas hacerte una idea de por qué debes ir a visitar estos cabos y conocer los mejores faros de Asturias.
Faro de Luces
También conocido como faro de Lastres, este faro se encuentra en el cabo con el mismo nombre, situado en la localidad de Luces.
Con una estética muy sobria, el faro de Luces se alza sobre un edificio de planta cuadrada de mampostería y su torre es completamente blanca y cilíndrica, elevándose unos 15 metros sobre el terreno y unos 117 m sobre el nivel del mar.
Además, continúa en funcionamiento gracias a que hace un par de décadas se instalaron unas ópticas que emiten cinco destellos blancos cada veinticinco segundos hacia el mar.
Uno de los detalles que lo convierte en un faro especial es que se considera el último faro construido en Asturias, en el año 1994.
Faro de Ribadesella
Para acceder a este faro habrá que visitar la aldea Tereñes en Ribadesella hacia el margen occidental de la entrada de la ría con el mismo nombre.
Este faro está en funcionamiento desde el año 1861 y fue electrificado posteriormente en el año 1926. A diferencia del mencionado anteriormente, este faro es un edificio cuadrado cuya torre decagonal está empotrada en la fachada norte, siendo mucho más discreto, ya que únicamente mide 8 metros de alto y se eleva 107 sobre el nivel del mar.
Faro de Avilés
También conocido como el Faro de San Juan, este monumento tiene su titularidad adscrita a la Autoridad Portuaria de Avilés, ya que se sitúa en la entrada de la ría de este territorio asturiano.
Se construyó en el año 1861 con la idea de proyectar su haz de luz hacia el faro de Cabo Peñas para enlazarlos, pero posteriormente se cambió la dirección del faro y se enfocó hacia la punta del castillo. La torre que lo sustenta es troncopiramidal y está adosada al edificio conjunto.
Fue iluminado con una luz roja fija en el año 1863 y después electrificado en el año 1940. En 1944 se añadió, además, una sirena electromagnética en la parte superior de la torre y en 1957 se dejó definitivamente instalada una linterna aeromarina para que pudiese alcanzar unas 17 millas náuticas.
Se relaciona con un edificio de defensa contra los ataques ingleses de los corsarios y, a día de hoy, cuenta con unos amplios jardines a sus alrededores, rodeados por un muro de mampostería que se utiliza como mirador.
Faro de San Emeterio
Otra de las construcciones más espectaculares es el faro de San Emeterio, situado en el concejo de Ribadedeva y con unas vistas maravillosas al océano Atlántico.
A diferencia de los anteriores, este faro está enclavado dentro de madroños, encinas y cabos montañosos y, por ello, gracias a su mampostería, se sujeta con jambas, cornisas y dinteles. La torre principal es de sillería redonda y de color blanco y complementada con unas tejas rojizas en el edificio que lo acompaña.
Se sitúa a unos 68 m sobre el nivel del mar y su faro principal tiene 9 metros de altura. Está emplazado directamente en el borde del acantilado y el alcance de sus luces es de 20 millas marinas.
Faro de Luarca
Para visitar este otro faro habrá que acudir a la localidad de Luarca, en el concejo de Valdés. El faro de Luarca se gestiona por la Autoridad Portuaria de la zona y se asocia a la casa del farero anexa.
Se construyó en el año 1862 dentro de una atalaya junto al edificio al que acompaña, y su torre es totalmente cuadrada con una altura de 9 metros y situada a 65 m sobre el nivel del mar.
El alcance de este faro es de unas 14 millas náuticas.
Faro de San Agustín
Este faro de San Agustín está situado en la localidad de Ortiguera, en Coaña, y también marca la entrada de la ría de Navia. Al igual que el faro de Avilés, este también tiene su titularidad adscrita a la Autoridad Portuaria de Avilés.
Se construyó principalmente para sustituir a una baliza en el año 1973 y, por ello, no hay más construcción que el faro, que se considera un edificio especialmente grande con 25 metros de altura y situado a 72m sobre el nivel del mar.
Su estética destaca por ser una torre cilíndrica con rayas blancas y negras intercaladas que resultan muy llamativas a la vista. Su luz alcanza las 25 millas náuticas y está pensada para enlazar con la de los faros de Luarca y de Tapia.
Faro de Tazones
Dentro del concejo de Villaviciosa podemos encontrarnos este faro de Tazones; uno de los que se han conservado con mayor ahínco dentro de todo el litoral asturiano.
Parte de lo que lo hace tan especial es que está emplazado en un terreno ajardinado de más de 2000 metros cuadrados; además cercado con un muro de piedra que lo conserva intacto.
El edificio de este faro tiene dos plantas y una torre octogonal que es donde se adosa el faro. Cuenta con una placa conmemorativa que data del año en el que fue construido, en 1864. Desde entonces se ha electrificado en 1928 y en 1953 se hizo el último añadido cuando se instaló una sirena.
Respecto a la altura del faro de Tazones, hablamos unos 11 metros y unos 127 m sobre el nivel del mar. Su haz de luz alcanza unas 24 millas náuticas.
Faro Peñas
Situado en el Cabo de Peñas, dentro del concejo de Gozón, este faro es uno de los más espectaculares, ya que se sitúa sobre un acantilado de 60 m de alto y a unos 100 m sobre el nivel del mar sobre una de las puntas más al norte de toda Asturias.
Funciona desde el año 1952, aunque fue electrificado en 1946 y se le instaló una sirena en el año 1951. No solo eso, sino que 5 años después también se incorporó un radiofaro y en el 2003 se convirtió en una estación Dgp, por lo que se puede concluir que es uno de los faros más mimados de este territorio.
Algo que lo hace extremadamente especial es que es uno de los pocos faros que tenemos en España que todavía cuenta con un farero que vive en la casa adjunta a su parte sur. Por si no fuera suficiente, la parte baja del edificio se ha convertido recientemente en un museo marino por lo que resulta un faro imprescindible de visitar.
Esta casa es una edificio cuadrado de tres plantas, cuya torre troncopiramidal se sitúa en la parte norte, al borde prácticamente del acantilado.
Con una altura de 18 m este faro puede verse desde la lejanía, ya que, además, alcanza los 117 m sobre la altura del mar y su luz puede llegar a alumbrar a 35 millas náuticas de distancia.
Faro de Tapia
Este otro faro conocido como faro de Tapia o faro Isla de Tapia se sitúa en la tapia de Casariego, en una isla pequeña con el mismo nombre. Esta minisla se une a la península por un diminuto espigón de 100 m y, por ello, se considera a este faro como el más occidental de toda Asturias, situado prácticamente al límite entre Asturias y Galicia.
Fue construido originalmente en el año 1859 y su primer diseño albergaba un edificio de una única planta cuadrada cuya torre se adosaba a la cara norte. Tras varias construcciones y una obra en el año 1922 y otra en el 1962, la torre original fue modificada y se le dio una forma cuadrada con un rótulo en el que se expone el nombre del faro. Se electrificó, además, en 1944.
Siendo uno de los faros más bajos de todo el territorio, únicamente se eleva a 24 m sobre el nivel del mar, y su torre es de 10 m de alto.
Faro de Candás
Seguramente uno de los faros más bonitos, este faro de Candás se sitúa en el concejo de Carreño en el Cabo de San Antonio.
Aunque en su origen se utilizó principalmente como defensa de la costa y del puerto contra los ataques ingleses por ser un enclave estratégico, finalmente se desmontaron los cañones y se cambió el aspecto para adaptarse al de un faro corriente sobre el año 1917.
Respecto al edificio, este es totalmente rectangular y se sitúa al borde del acantilado a unos 40 m sobre el nivel del mar y con una altura de 12 metros de alto que proyecta una luz a 15 millas náuticas de distancia sobre el Océano Atlántico.