
Las anchoas de Santoña son uno de los manjares más deliciosos que pueden degustar los amantes del pescado. Se trata de anchoas que provienen del mar Cantábrico y que destacan por su delicioso y exquisito sabor gracias a que son fabricadas de manera artesanal. Santoña es un municipio español ubicado en la ciudad de Cantabria donde se producen las conservas de anchoas más famosas y exquisitas del país.
Estas anchoas se pescan en el cantábrico, pero se envasan en Santoña. Antes de ello, estas son limpiadas a mano para que conserven todo su sabor y sus propiedades siguiendo la tradición de finales del siglo XIX, cuando los italianos zarparon hasta el Cantábrico en busca del bocarte —nombre con el cual es conocido la anchoa antes de ser fileteada—.
En este artículo vamos a explicarte donde puedes comprar estas deliciosas anchoas del Mar Cantábrico, aquellas que todavía siguen fabricándose según la tradición y que destacan por su inmejorable e inconfundible sabor. Sigue leyendo para más información.
Dónde comprar las mejores anchoas de Santoña online
Son muchas las empresas que podemos encontrar dedicadas a la venta de anchoas de Santoña, sin embargo, cuando se trata de buscar tiendas que se encarguen de llevar a cabo todo el proceso de obtención de la anchoa, limpieza y conservación, los resultados disminuyen. Una de las conserveras más populares que existen en la actualidad y que ofrecen la venta de anchoas de Santoña a través de internet es Conservas Fontecilla. Esta empresa se dedica especialmente a la conserva de anchoas, aunque también trabaja con otros pescados como son el bonito del norte, los mejillones y las agujas.
Conservas Fontecilla es una conservera con muchos años de tradición. La misma fue fundada en 1963 en una modesta andadura empresarial que llevó a los fundadores a montar una pequeña fábrica en la Villa de Santoña dedicada a la conserva de pescado. Esta fábrica fue fundada por Don Francisco Fontecilla y su hermano Gregorio, ambos pescadores especializados en el arte de fabricación de las conservas de pescado.
En la actualidad Conservas Fontecilla trabaja el filete de anchoa, así como otras conservas de mar. Los productos de esta conservera se elaboran con la maestría y el talento de sus fundadores siguiendo la tradición de los pobladores de la villa. Con ello se obtienen productos deliciosos con un sabor, textura y acabado inigualables.
Cómo se fabrican las anchoas de Santoña
Como explicábamos más arriba, el proceso de fabricación de las anchoas de Santoña sigue la tradición de cientos de años atrás cuando en 1880 varios comerciantes italianos zarparon hasta el Mar Cantábrico en busca del bocarte —o anchoa—. Muchos de aquellos comerciantes se instalaron en Cantabria y enseñaron a sus gentes las técnicas para conservar este pescado. Una técnica que se ha mantenido hasta la actualidad y con muy pocas variaciones.
Las anchoas de Santoña se pescan durante los meses de marzo y junio —fecha en la cual se celebra, también, el festival de la anchoa en Santoña—. Una vez que el producto llega a la fábrica se lava con una salmuera y después se limpia retirando la cabeza y las tripas. A continuación, las anchoas pasan a madurar entre 6 y 12 meses en tinas de grandes dimensiones. Cuando se concluye la etapa de maduración, las anchoas de Santoña son lavadas nuevamente para retirar el exceso de sal que pueda haber quedado. Enseguida, se procede al sobado, que consiste en filetear el bocarte a mano —momento en el cual pasa a ser llamado anchoa—. En este proceso se retiran las espinas y se cortan las partes que sobran.
Finalmente, las anchoas se disponen en botes de conserva —que pueden ser frascos de cristal o latas de conserva— y se cubren con aceite de oliva virgen. A continuación, las anchoas ya están listas para ser vendidas y consumidas.
Por qué están tan buenas las anchoas de Santoña
El sabor de las anchoas de Santoña destaca, sobre todo, porque se trata de un pescado salvaje que se pesca en el mar Cantábrico y no en piscifactorías. Ello le confiere un sabor más intenso, único y especial. Así mismo, en la exquisitez del sabor y deleite de este manjar influye —por supuesto— el proceso de conservación. Como explicábamos en los apartados de arriba, las anchoas de Santoña se conservan siguiendo una técnica tradicional.
Las anchoas de Santoña se diferencian del resto de anchoas que son pescadas en otras partes del planeta por su color marrón rojizo —fácilmente reconocible, aunque estén sumergidas en aceite de oliva—, pero también por su textura —la cual resulta muy tersa y carnosa, y no tan blanda—. Ahora bien, otra de las características más destacadas de las anchoas de Santoña es la ausencia de espinas —ya que estas son retiradas a mano y no mediante procesos industriales— y el punto de sal. Las anchoas de Santoña son menos saladas que el resto. Por lo general, suelen ser anchoas de gran tamaño y su presentación en las latas de conserva consiste en disponerlas perfectamente ordenadas junto a filetes del mismo tamaño.