Seis territorios de impostergable reconocimiento, algunos bañados por la atmósfera montañosa de los Picos de Europa, otros hermanados con el mar en forma de playas encantadoras. Estos son algunos de los destinos asturianos que, ya sea por su tradición histórica como por sus excelentes paisajes, se han convertido en el destino vacacional de miles de admiradores. Conozcámoslos.
Gijón
Poseedor de un legado romano que perdura hasta nuestros días, Gijón es una ciudad española donde conviven en armonía la tradición y los atractivos turísticos. Prueba de ello llegan a ser la Basílica del Sagrado Corazón o el Palacio de Revillagigedo, junto a la Playa del Arbeyal y el Acuario de Gijón. Por supuesto, esto es solo el comienzo.
Covadonga
Hablar de Covadonga, es mencionar necesariamente a La Santina, santuario a la Virgen de Covadonga junto a la estatua de Don Pelayo, primer monarca de Asturias. El recinto forma parte del Parque Nacional de los Picos de Europa, y lo completan otros atractivos naturales como el macizo Peña Santa o el espléndido lago Ercina.
Llanes
La temporada estival convierte a Llanes en un centro neurálgico de bañistas que alivian las temperaturas sofocantes a través de las múltiples y encantadoras playas en la región. No obstante, el patrimonio cultural de la ciudad también cobra relevancia, y no son pocas las visitas efectuadas al centro histórico de la ciudad.
Ruta del Cares
Quizás la senda más conocida de los Picos de Europa, y donde conectan los pueblos de Poncebos y Caín. A través de los 12 kilómetros de recorrido, esta ruta custodiada por el río Cares, inserta al explorador en un universo de grutas y pasajes naturales, ideales para la práctica de senderismo.
Oviedo
La Catedral de San Salvador de Oviedo, la Foncalada, el Museo Arqueológico de Asturias o el Teatro Campoamor, son algunos de los atractivos de la ciudad de Oviedo, cuya esencia medieval aun permite respirar un aire diferente en la capital del Principado, Patrimonio de la Humanidad desde hace más de treinta años.
Cudillero
Este pueblo costero destaca a primera vista por la disposición geográfica de las casas próximas a la costa, donde el mar además crea un reflejo interesante digno de cualquier instantánea. Famoso por sus hermosos acantilados, lo es también por su tradición culinaria y por emblemáticos monumentos como la Quinta de Selgas o la Iglesia de San Pedro.